Conclusiones sobre los que explotan la zona
Desde hace mínimo 10 años, se puede observar cómo los grandes turoperadores (TTOOs) no consiguen adaptarse a los nuevos desafíos que les impone el mercado y van perdiendo terreno ante empresas más pequeñas, dinámicas y flexibles como las OTAs.
La agilidad de una empresa no se compra con dinero.
Su modelo de «todo de una mano» y de intermediario ha caducado con el auge de la digitalización del mercado de los viajes. Su propio tamaño les impide ajustarse a los requerimientos de sus clientes para ser flexibles, ágiles y adaptables. Por esta razón, los grandes TTOOs, uno tras otro, han ido quebrando y el sueño de que uno se quede con todo el resto del mercado no les libera de sus problemas que siguen siendo los mismos y que, sobre todo, no están resueltos.
Un tema importante que casi nunca se ha discutido y que se ve en la Platja de Palma es la responsabilidad de las grandes multinacionales TTOOs sobre el impacto del turismo en la convivencia social y la economía local.
Fundament sugiere:
¿Es necesario dejar vivir algo que ya no tiene la fuerza de vivir?
Racional:
El modelo de negocio de la turoperación ha caducado hace muchos años. Las importantes bajas provocadas por la competencia entre ellos mismos ponen de manifiesto la seriedad del problema.
Discurso:
Sobre la necesidad de dejar de sostener modelos obsoletos solo por el bien de mantener empleo. El empleo que se salva de esta manera solo provoca malestar e inseguridad entre los que consiguen mantenerlo.
Hacer:
Investigar la opción de reorganizar estructuras del ecosistema de la industria de turismo, orientadas a la sostenibilidad de modelos de negocio.
Otras conclusiones:
- El civismo importa y el activismo también
- La fiesta, una necesidad humana
- Hoteles en el camino a una mayor autonomía
- Los TTOOs, un modelo de intermediario caducado
- El pequeño comercio sí importa
- La venta ambulante: supervivencia con sonrisa dolorosa
- Cómo liderar el cambio
- Si hablamos de urbanismo
- Mallorca no es la Platja de Palma
- ¡Di-ver-si-fi-ca-ción!