Si ya no podemos hablar con los otros…

Charrettes: una herramienta para enfrentar la polarización y diseñar soluciones co-creativas.

A veces la comunicación se estanca y ningún discurso con sentido parece posible, porque las opiniones fundamentales simplemente no son compatibles. Hoy en día lo vemos a menudo, y la verdad es que no da mucho aliento observar cómo, sobre tantos temas en nuestras sociedades, parece que no hay un mínimo consenso.

Esto lo llamamos polarización, y es un buen término porque es casi autoexplicativo, la mayoría de los que tienen desacuerdos están de acuerdo, al menos, con la palabra misma.

Lo observamos en nuestro entorno cercano, ya sea cuando discutimos sobre a qué hora debería terminar la fiesta de los vecinos entre semana, o en cuestiones más grandes como si nuestra ciudad debería dar prioridad a los peatones y las bicicletas en lugar de a los coches. Y en cuestiones aún más profundas y complejas, como si todos los grupos étnicos deben tener los mismos derechos, las divisiones parecen insalvables.

Sin embargo, esta realidad no tiene que dejarnos paralizados. Existen herramientas y enfoques que pueden ayudarnos a superar estas diferencias aparentemente insuperables.

Una de esas herramientas es el proceso de las charrettes, un método que ha demostrado ser eficaz en situaciones donde la polarización y la falta de consenso amenazan con detener cualquier progreso.

Charrettes, una herramienta para enfrentar la polarización y diseñar soluciones co-creativas

En nuestras sociedades modernas, a parte de que cada pequeño desacuerdo, uno de los desafíos más complejos es la creciente polarización política.

Esta división, que muchas veces parece insuperable, refleja una desconexión profunda que debilita el tejido social. Sin embargo, existe una metodología con una larga historia que ofrece un enfoque esperanzador para resolver problemas complejos: las charrettes.

¿Qué son las charrettes?

Las charrettes son talleres intensivos de colaboración, diseñados para lograr un consenso en poco tiempo, incluso cuando hay múltiples intereses en juego.

Originalmente desarrolladas en el campo de la arquitectura y el urbanismo, las charrettes se han usado para reunir a una variedad de actores —desde vecinos y líderes comunitarios hasta especialistas técnicos y responsables políticos— con el objetivo de co-crear soluciones viables para desafíos específicos.

Este método nació en el siglo XIX en la École des Beaux-Arts de París, donde los estudiantes de arquitectura trabajaban frenéticamente hasta el último minuto antes de que un “charrette” (o carro) recogiera sus proyectos. Con el tiempo, el término evolucionó para describir procesos de diseño colaborativo en los que se gestan ideas en conjunto, se discuten en profundidad y se concretan en un plan de acción.

Charrettes en escenarios complejos

En la actualidad, las charrettes han demostrado ser valiosas no solo en la planificación urbana, sino también en contextos sociales y políticos.

Por ejemplo, en el ámbito del urbanismo, ciudades como Nueva Orleans y Baltimore han organizado charrettes para enfrentar desafíos como la desigualdad racial y la justicia ambiental. Estos procesos han reunido a comunidades históricamente marginadas, activistas y responsables de políticas públicas para encontrar soluciones inclusivas y sostenibles.

Un caso notable es el uso de charrettes durante el proceso de paz en Irlanda del Norte. Estas sesiones facilitaron la participación de comunidades protestantes y católicas, proporcionando un espacio seguro para dialogar sobre temas conflictivos y planificar un futuro compartido. A través de este enfoque colaborativo, las charrettes ayudaron a reducir tensiones y a sentar las bases para una convivencia más pacífica.

Otro ejemplo significativo proviene de Sudáfrica, donde la Comisión de Verdad y Reconciliación se basó en principios similares a los de las charrettes.
Después del apartheid, se utilizaron estas sesiones estructuradas para reunir a víctimas y perpetradores en un esfuerzo por sanar heridas profundas y promover la unidad nacional. Aunque no se llamaron charrettes, estos encuentros enfatizaron la importancia de escuchar, empatizar y buscar consensos para reconstruir una sociedad fragmentada.

¿Cómo funcionan las charrettes?

El éxito de una charrette radica en su estructura clara y participativa. Generalmente, se desarrollan en etapas que incluyen:

Investigación y diagnóstico: los participantes exploran las raíces del problema y sus implicaciones, asegurando que todos los puntos de vista estén representados.

Ideación colaborativa: en un ambiente facilitado, los participantes generan ideas y visualizan posibles soluciones.

Validación y consenso: a través de votaciones o ejercicios de priorización, se seleccionan las soluciones que mejor equilibran los intereses de todos los actores.

Planificación de implementación: se detalla un plan de acción concreto que pueda ponerse en práctica.

Alianza natural con la co-creación de fundament

En fundament, nuestra misión se centra en el diseño y la innovación sostenibles a través de procesos co-creativos.

Las charrettes se alinean perfectamente con esta filosofía. Ambas metodologías valoran la diversidad de perspectivas y el poder del diálogo estructurado para generar soluciones significativas. Además, reconocen que, para superar los problemas complejos de nuestra sociedad, es necesario trascender las barreras ideológicas y trabajar juntos en busca de un bien común.

En un mundo cada vez más dividido, las charrettes nos enseñan que el diseño no es solo una cuestión de estética o funcionalidad. Es una herramienta poderosa para construir puentes, promover la empatía y lograr transformaciones duraderas.

Para leer mas:

National Charrette Institute (NCI): El NCI es una de las principales organizaciones que ha estandarizado y promovido el uso de charrettes para la planificación comunitaria. Sus guías y estudios de caso proporcionan ejemplos claros de cómo las charrettes pueden facilitar la toma de decisiones en contextos complejos. Puedes consultar su página web (en inglés) para obtener información actualizada y metodologías detalladas: www.charretteinstitute.org.

“The Charrette Handbook” de Bill Lennertz y Aarin Lutzenhiser: Este libro es una excelente fuente sobre cómo organizar y facilitar charrettes efectivas. Explica la estructura de estos talleres, proporciona herramientas y comparte ejemplos prácticos de proyectos que han logrado resultados exitosos gracias a la colaboración intensiva. Aunque el libro está en inglés, es una referencia esencial en la planificación participativa.

David Walters y sus escritos sobre urbanismo participativo: David Walters es conocido por su trabajo en diseño urbano sostenible y participativo, donde destaca el uso de charrettes para el desarrollo comunitario. Una de sus obras más influyentes es “Design First: Design-based Planning for Communities”, que profundiza en cómo las comunidades pueden beneficiarse de procesos inclusivos y orientados al diseño.

En español: artículos académicos y recursos:

Hay referencias en español en artículos de revistas académicas de urbanismo o planificación participativa, como en Revista INVI o Ciudades. Estas publicaciones a veces abordan casos de estudio donde se han utilizado procesos de charrette en América Latina.

Además, la Red Española de Ciudades por la Bicicleta y otras organizaciones dedicadas al urbanismo y la movilidad sostenible también mencionan enfoques participativos que se alinean con el espíritu de las charrettes.

Photo by Lucy Chian on Unsplash

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